jueves, 26 de abril de 2012

el reencuentro



Hacía frío, llevaba más de cuarenta y ocho horas lloviendo sin parar. La humedad crecía como hongos en la piedra del viejo Madrid. Se dirigía entre las sombras de la noche al lugar donde sabía que le iba a encontrar. Llevaba calado su sobrero de ala, un pañuelo para proteger su cabello corto, el jubón menos raído que poseía, una capa algo más pesada para protegerse de la humedad y las botas aún relucientes tras pasar por su buen amigo el limpiabotas que por una copa le hacía el servicio. Aún llevaba la frente perlada por sudor, por el esfuerzo de darle la bendición de acero a un noble desplumado, que intentaba deshonrar a una gatita linda de buena familia, de lengua muy larga, pero de falda aún más corta.

A cada paso sus armas producían un identificable tintineo, su sable aún con restos de sangre daba aviso a cualquier desgraciado que si se cruzaba a su paso le podía dar a probar un palmo de acero y su daga hacer una bonita floritura sobre la piel. Llevaba en la faltriquera un par de doblones de plata y la nota que le había dado uno de sus informadores, que indicaba que había vuelto a la ciudad y había comenzado nuevamente su actividad.

A lo lejos ya se veía la tenue luz de la taberna. Hacía casi un año que no se acercaba por aquel lugar, no sabía como le iba a encontrar o si le reconocería, ya que sus caminos se habían separado. Él había conseguido el reconocimiento de la ciudad como uno de los mejores asesores reales de día y espadachín de noche, y en cambio la oscuridad y el anonimato se habían apoderado del peculiar personaje que seguramente estaba en la mesa más oscura del local. El tiempo les volvía a unir de nuevo.

La taberna, estaba llena de parroquianos con ganas de fiesta y la necesidad de que unas manos expertas los mecieran entre sus senos. Pasó por la barra y pidió la segunda botella más cara de vino, cogió dos copas y se dirigió hacia el fondo del local. Nada más cruzar la puerta, sus miradas se encontraron. Lo observaba con esos ojos felinos aparentemente fríos, pero demasiado profundos para marineros de agua dulce, y con una sonrisa bondadosa y pícara. No le extrañaba verle aparecer por aquel lugar, cosa que nunca le gustó ya que siempre pensó que iba un movimiento de tablero por delante de él, don que anhelaba tener. Temía mucho esa capacidad de clarividencia e intuición, pero sólo se lo iba a dar el paso del tiempo.

Unos metros antes de llegar a la mesa, identificó perfectamente ese aroma a gacela africana tan característico, sin duda le había encontrado. Un par de pasos más y sus miradas se volvieron a encontrar, pero esta vez la intensidad de ambas era capaz de fundir el acero mejor fraguado. Apoyó las dos copas y la botella sobre la mesa e hizo una leve reverencia mientras sus labios pronunciaban: «bienvenida, señora».

ronronea: atis

16 maullidos:

Juli Gan dijo...

Mmm, por un momento he pensado que era el capitán Alatriste. Una ambiantación espléndida, Atis.

Mascab dijo...

Atis,
no sabía que estábais otra vez por aquí...transmíteselo a maslama. Me alegra enormemente. Pasaré en otro momento mucho más despacio para saludaros como es debido y leeres.

Maslama. Gracias por tu felicitación, ha sido un buen regalo encontrarte de nuevo amiga mía, no localizo el comentario donde me dejaste tu mail...

Besos guapa (y para todas las gatas de éste tejado y su gato...)

Anónimo dijo...

Hosti!!!!!
Bienvenidas de nuevooooo!

Trasgu dijo...

Pues yo también me pensaba que se trataba del Capitán Alatriste... Está genial...y me he quedado con ganas de más...Tendremos continuación???
Bsoss

DRACO dijo...

muy bien escrito. la atención de uno sobre el texto no decae nunca hasta leer la última línea. ¡hasta parece un plagio!
¡no, mentira!
una broma de pirata.
saludos.

Anónimo dijo...

ummmmm el titinear del acero. El fuego de dos miradas encontradas.
Que pasará en ese reencuentro?
Bienvenidas de nuevo.

ISA dijo...

Entro slo un momentito para daros la bienvenida a todas por el REGRESO.
Especialmente a Maslama, a quién conozco personalmente.
Espero que eso continúe muuuuucho tiempo.

Besos

atis dijo...

Hola juli gan,

Me gusta mucho la novela de capa y espada y sobre todo Pérez Reverte, por lo que no ha sido nada difícil ambientarla.

Un beso d reencuentro

atis dijo...

Hla mascab,

gracias x el comentario.

Un abrazo

atis dijo...

Hla also,

Te damos la bienvenida a ti también, gracias x el comentario.

Un abrazo

atis dijo...

Hla trasgu,

Es un relato by atis de capa y espada, me alegra mucho que te haya gustado,que haya continuación depende de la inspiración y el salmón con gambitas que me den... pero no sería correlativo.

Besitos con espada

atis dijo...

Hola draco,

un placer verte por estos tejados, me alegra que te haya gustado ya que eres un gran crítico y eso da ánimos para escribir algún relato más de este tipo.

Besos d afilado acero

atis dijo...

Hola isa,

Te damos la bienvenida a ti también, esperamos volverte a ver de nuevo por aquí ;)

Un abrazo

Layna dijo...

Bienvenida de nuevo! Que gusto volver a leerte... Se te echaba de menos y yo sin saber que estabas por aquí de nuevo.....nos leemos. Besos

atis dijo...

Hla Layna,

Qué alegría verte x la gatera, sí hemos vuelto con muchas ganas. aunque se intuye vamos a desvelar el secreto de está entrada,el extraño personaje qué va a buscar es.... maslama, culpable de qué estas paginas virtuales se llenen de letras. por lo tanto ya puedo decir: bienvenida señora!

maslama dijo...

una breve nota para agradecer a todos y a todas la bienvenida, y para compartir la alegría del reencuentro en estos tejados

atis; es mi privilegio y mi placer, señora, recibir bienvenida de tan gallardo personaje